El pasado viernes se jugó la final de la Copa del
Rey. Para los amantes del fútbol, entre los que me incluyo, es un partido
realmente atractivo, bueno, en realidad cualquier final lo es; pero esta tiene
un no sé qué que la convierte en algo único, especial. En esta ocasión el circo
político y mediático también ha querido tomar parte caldeando ánimos y
provocando, como no podía ser de otro modo, un motivo más para remarcar
diferencias y resaltar odios enquistados.
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El príncipe al comienzo del himno-pitada |