Esta carta no está destinada a aquellos que, como es
mi caso, llevamos muchos años indignados con la situación social, política y
económica de este país. Está dirigida a ti, que de pronto parece que has caído del
guindo y has visto la luz. Ha tenido que azotarnos una crisis terrorífica para
que abras los ojos y te des cuenta de la realidad con la que llevas varios
lustros conviviendo, pero que por inconsciencia o comodidad has preferido
ignorar.