Una vez pasadas las Elecciones Generales, con el resultado previsto, los políticos, los medios de comunicación y los ciudadanos de a pie, hacemos nuestras propias valoraciones; pero cada uno se fija en aquellos aspectos que más le afectan, lógico. No se trata de especular sobre las directrices que va a tomar el próximo ejecutivo, eso ya se verá, además dependerá en gran medida de lo que nos digan los mercados, Merkel, etc. Eso es, más o menos, algo previsible.
Empiezan a aparecer por todas partes quinielas sobre quiénes ocuparán los distintos ministerios, con especial interés en el de Economía, una auténtica patata caliente. También interesa conocer el destino de los componentes del Gobierno saliente. Por supuesto, otro de los puntos de interés está en saber quién será el próximo secretario general del PSOE.
Yo, que soy morbosa por naturaleza, me pregunto por otro dato del que apenas se habla pero que me interesa enormemente, y pienso que nos debería preocupar a todos, y es lo que nos va a tocar pagar por el relevo gubernamental. Hablando claro: lo que nos va a costar, a todos los españoles, que unos se vayan para que los otros lleguen.
No me ha resultado fácil encontrar datos concretos, porque no es cosa que guste airear a nuestros inefables políticos, pero quería saberlo y por fin tengo las cifras. Como te puedes imaginar, se trata de algo bochornoso y que me lleva a cuestionarme, una vez más, si vivimos en un estado de derecho o somos unos auténticos primos. Y que no se me ofenda nadie por el término, pero es lo que hay. Se estima que la despedida del último gobierno de Rodríguez Zapatero nos va a salir por más de 4 millones de Euros.
Por lo que he sabido, por el artículo 33, bueno es un decir, en realidad por la ley 74/1980, los ex ministros y secretarios de estado van a estar cobrando el 80% del salario anual que venían percibiendo durante dos añitos. No está mal. A eso hay que sumar que el presidente cobrará, de forma vitalicia 78.185 € anuales, independientemente de otros ingresos que genere desde su salida de la presidencia y pensiones por otros conceptos.
En resumen, la cosa queda así:
El presidente cobrará 78.185€ anuales de por vida.
Los dos vicepresidentes: 73.486 € anuales durante dos años, cada uno de ellos.
Los 13 ministros: 68.981€ anuales durante dos años, cada uno de ellos.
Los 25 secretarios de estado: 67.711 € anuales durante dos años, cada uno de ellos.
Me parece interesante recalcar que todo esto es independiente de otro tipo de actividades que realicen, como por ejemplo, ocupar un escaño en el Senado o en el Congreso. No hay ninguna incompatibilidad. No quiero que creas que me cebo con el último gobierno de Rodríguez Zapatero puesto que esta sangría ya estaba fijada muchos años antes. Las dos únicas posibilidades que tendríamos de evitar este atraco a mano armada serían: o bien que cambiase la ley (¡a buenas horas mangas verdes!) o bien que, de forma elegante, los interesados renunciasen de forma personal, o en bloque a tal dispendio. Seamos sinceros ¿tú te crees que alguno de ellos lo hará? ¡Ja!.
Los defensores a ultranza del gobierno saliente argumentan que es lo que han hecho todos. Y es algo totalmente cierto. Pero también es verdad que para que se produzca un cambio, siempre hay un valiente que da el primer paso, que allana el sendero para que después otros lo transiten. Si alguno de ellos fuera coherente con lo que predica, no solo renunciaría, sino que lo haría de tal forma que conseguiría que los demás se sintieran avergonzados y, aunque no quisieran, se verían moralmente obligados a secundarle. Pero esto es utopía, estamos donde estamos precisamente por detalles como este: la codicia de nuestros políticos.
¿No hay voluntarios? Si alguno se atreve tendrá mi reconocimiento y gratitud eternos. Quedan muy pocos días para el relevo. En breve veremos si queda un rasgo de nobleza en nuestra clase política… se admiten apuestas.
http://www.meh.es/Documentacion/Publico/SGT/LEYES/CLASES%20PASIVAS/25044-art10.htm
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