Escribir un blog nace de la necesidad innata del ser humano de interactuar con los otros. Nunca habíamos tenido tantas posibilidades de comunicación, salvando barreras geográficas y temporales, pero nunca habíamos estado tan físicamente solos. Desde hace tiempo he ido observando cómo cuesta más relacionarse de una forma satisfactoria con la gente. Cada vez tenemos más prisa, menos tiempo, menos ganas y, sobre todo, cada vez estamos más cabreados (si me permites la expresión).
El estado perpetuo de confrontación ideológica en España, a raíz de la crisis se ha radicalizado. Se profundiza en lo que nos separa, no en lo que nos puede unir. Esas ideas de tolerancia, respeto y convivencia pacífica que, en teoría, auspicia la Constitución, son pisoteadas constantemente, en primer lugar por esa masa informe y maligna que es la casta política, después por las personas normales y comunes, que espoleadas por los dirigentes, se revuelven rabiosas contra el que piensa distinto. Expresiones que estaban completamente desterradas del día a día, tipo: “rojo cabrón”, “facha hijo puta” y lindezas de similar calibre ya no se escuchaban, al menos no era lo habitual, pero ahora han vuelto con más fuerza. El lema divide y vencerás en este país siempre ha funcionado y los políticos lo saben, por eso han llevado a la práctica la máxima que tan buenos réditos les ha dado: “deja que se maten entre ellos, mientras sigamos en el poder...”
Aparte de la dictadura de la corrección política, el pensamiento único y el falso buenismo, me produce un hartazgo increíble ver como el pueblo español, de forma cíclica, vuelve a repetir los mismos errores, es como una función de teatro en la que los actores cambian de nombre pero son siempre los mismos personajes representando la misma historia en similares escenarios. Dicen que el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla, pero yo añadiría que no solo hay que conocerla, sino que hay que aprender de los errores que se cometieron para no volver a caer en ellos. Un lúcido y hoy por desgracia casi olvidado autor, J. Antonio Gaya Nuño describía perfectamente esta situación: “Los españoles no saben ver su tierra sino adulterada por sangrientos, subversivos, amenazadores tópicos en que siempre se encuentra latente, la guerra civil” (“El santero de San Saturio” 1953), para los intolerantes que al ver el nombre de un santo en el título crean que este señor era un “facha de mierda” adicto al régimen, les diré que Gaya Nuño luchó en el bando republicano, estuvo encarcelado y no fue precisamente un niño mimado del franquismo. Como puede verse, hay gente que, desde distintas sensibilidades políticas, es capaz de ver con distancia y ecuanimidad nuestra idiosincrasia.
Este blog no pretende ser más que un espacio en el que poder hablar de lo que pienso y siento, comentar lo que sucede desde mi más absoluta subjetividad y aportar mi visión del mundo y de las cosas más cotidianas. Por desgracia cada vez cuesta más trabajo hablar con libertad, todo el mundo está en posesión de la única verdad posible, por eso nadie escucha y las relaciones se van tornando más frías y superficiales. Nos estamos convirtiendo en solitarios islotes, separados entre sí por diferencias irreconciliables. ¿En esto consiste el progreso: avance tecnológico, retroceso humano?. Parece que sí.
Por eso he creado este blog, con él pretendo dialogar conmigo misma, tal vez también con otros. En este refugio que hoy he comenzado a construirme, escribiré mis pensamientos, ideas, impresiones, etc. sobre lo que sucede a mi alrededor, sin tener que pedir a nadie disculpas por no ser políticamente correcta, por no acomodarme a la tiranía de las corrientes actuales de pensamiento.
Por supuesto, este lugar siempre estará abierto a quien quiera acercarse y dará la posibilidad de comentar, intercambiar puntos de vista, etc. Todo el mundo es bienvenido siempre que hable desde el respeto y la tolerancia, aquí no se admitirán insultos, amenazas, comentarios hirientes, ni propaganda sea política o comercial ni de ningún tipo, para ese fin existen miles, cientos de miles de páginas en internet. Me reservo el derecho de admisión a quien no cumpla esos requisitos, se puede discrepar, pero no quiero dar pie a intolerantes de ningún tipo, bastantes foros tienen ya. Espero que lo entiendas, respetando esas sencillas normas de convivencia, siempre tendrás las puertas abiertas.
Creo que otra España es posible, que otro mundo es posible, que hay lugar para la esperanza, aunque no sé muy bien dónde. Si piensas de un modo similar, te doy la bienvenida, si no compartes mis ideas pero quieres entablar un diálogo constructivo, también te doy la bienvenida. Acomódate , estás en tu casa.
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