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"No por ser muchos descubriréis la verdad, ni ahogaréis la razón porque gritéis unidos"

Rabindranath Tagore

lunes, 23 de enero de 2012

¡Qué fácil resulta quitarle la careta a un político!

En estos días ¡quién me lo iba a decir!, Cristóbal Montoro, el nuevo ministro de economía, ha estado en un tris de convertirse en mi nuevo ídolo. A pesar de ser un señor, digamos que poco interesante y más bien anodino, ha verbalizado lo que tengo en mente desde hace muchos años: Exigir responsabilidades penales a los gestores públicos que incumplan los presupuestos. Es decir, penalizar a aquellos administradores que se excedan en el gasto.

Pero, por supuesto, ha faltado tiempo para que muchos los políticos, incluidos sus correligionarios, desechen la idea. Desde Gaspar Llamazares a Patxi López pasando por Soraya Saenz de Santamaría. Todos al unísono: “¡No!”. ¿Necesitamos más pruebas para comprobar la catadura moral de estos individuos?


Me resulta triste constatar que la noticia ha pasado más bien sin pena ni gloria, no ha generado apenas debate. Los medios de comunicación han pasado de puntillas por ella. Se ha tratado poco menos como una extravagancia montoril, una boutade, que dirían los cursis, algunos incluso hablan de utopía, pero este término está mal empleado. No es utopía lo que pide Montoro, lo que resulta una auténtica utopía es pedir a los políticos que rindan cuenta de sus actos, que dejen de taparse unos a otros porque todos ellos tienen asuntos que es mejor no remover.
Si que se ha dado un cierto intercambio de opiniones en algunos foros sociales o en comentarios de periódicos, pero como siempre pasa, al final nadie argumenta, todo se acaba reduciendo al eterno y tú más. Los de un bando sacan a relucir los desmanes de los políticos representantes del bando contrario y viceversa. Pero nadie profundiza en el fondo de la cuestión, no se trata de demostrar quién roba más y despilfarra nuestro dinero, sino de que se está robando y despilfarrando nuestro dinero. Como verás hay una diferencia de matiz.
Los políticos representan esa especie de comedia en la que parece que defienden a los ciudadanos, pero en el fondo se pierden en sus luchas de poder, se centran en asegurarse el máximo del reparto del pastel presupuestario y suma y sigue. Por eso, el instinto gregario salta ante la menor amenaza a su cómodo ecosistema. La ley de la supervivencia, supongo. Azuzan a la gente de la calle, a unos contra otros, para que defienda con uñas y dientes sus propios intereses, disfrazándolos con ideología y palabrería barata, cuando todos ellos, independientemente de las siglas que les amparen, tienen una sola idea, un solo leiv motiv: el capital.


Mucha gente me dice: “No exageres, también hay políticos honestos”. Pues bien, estoy esperando a que salga a la palestra uno sólo de esos políticos honestos a respaldar la propuesta de Montoro, puesto que lo único que pide es rigor y honradez en el gasto. Seguiré esperando el tiempo que haga falta; a ver si hay alguno que me sorprenda y haga que cambie de opinión. No, si al final, ¡quién me lo iba a mí a decir! acabaré haciéndome fan de Montoro.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. El otro día en un intercambio de tweets con un dirigente de UpyD, hablando de chorizar, dijo que ellos no tenían en las listas imputados, a lo que yo le contesté que porque no habían gobernado aun... Asín es la vida
    Un saludo Perpleja

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  2. Jajaja, tienes razón, aún no ha tenido la oportunidad. Yo siempre me pregunto si es que hay gente que se mete en política para robar, o es que una vez dentro no lo pueden evitar y acaban metiendo la mano; esto es como lo de qué fue antes: el huevo o la gallina.
    Saludos y un placer tenerte por aquí.

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